viernes, 19 de junio de 2009

Una Vida de Recuerdos - Parte 2


Una vida de Recuerdos


Parte 2



Antes de que Ana terminara de vestirse mi madre me pregunto si queria acompañarlas, me dijo que era para que karla no se aprovechara de mi mandandome a hacer cosas, lo que frecuentemente pasaba cuando quedaba sola con ella, terminaba siendo su empleada personal.

Yo le respondi que si, y salimos. Llevamos un paraguas, el unico que habia en la casa, porque el cielo se veia muy nublado y mi mama penso que iba a llover, lo cual nunca paso y tubimos que comernos el polvo del sendero que lleva hacia el centro del pueblo.
La caminata duraba poco mas de 10 minutos pero como mi hermana se sentia mal nos tomo 20 minutos que parecian infinitos, simplemente no veia en momento que ibamos a llegar! las quejas de mi hermana eran un castigoy nunca especificaba que le dolia, preferi averme quedado en la casa como empleada de mi hermana mayor.

Cuando llegamos al pueblo mi mama paro un momento donde una de sus amigas de la infancia para que Ana se sentara un momento, y yo aproveche para pedir un vaso de agua. Despues de que la amiga de mi mama la actualisara con los bochinches mas recientes salimos directo a la iglesia que estaba algo cerca.

Era una Iglesia bastante vieja donde claramente se podian ver las huellas del tiempo en sus muros. El padre nos saludo con su carisma de siempre y se dirigio a mi mama por su nombre...




Naci en una familia pobre, pero sin quejas por falta de comida. eramos auto-suficientes. Mi padre criaba vacas y mi abuelo trabajaba la tierra. Tampoco me aburria en la casa, siempre tenia algo que hacer cuando no estaba estudiando, cursaba el 4to grado y estaba alli solo por la insistencia de mi madre.

Mi pasatiempo favorito era ayudar a mi padre con las vacas, la mayoria eran mansas pero habian tres que parecian tenerme odio, una ves incluso me corretiaron y si no ubiera sido por el perro de la casa que salio a ladrarles ubiera quedado incrustado en el cuarno de alguna de esas tres vacas, esto hiso que dejara de ir por un tiempo al potreropor miedo a que me corretieran denuevo.

Pase mas tiempo con mi abuelo que sembraba guandu en un terreno que poco le faltaba para ser un acantilado, ibamos casi siempre al amanecer cuando las gotas de rocio aun caian y se oia el ruidoso despertar de los pajaros.


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